Para mí, la improvisación es sin duda la mejor forma de disfrutar de la música. Poder traducir nuestro pensamiento musical en sonido a través de nuestro instrumento es una habilidad que requiere de bastante tiempo y esfuerzo, pero que nos proporciona una sensación de satisfacción y libertad difícil de igualar.

Si ya tocas un poco la trompeta o cualquier otro instrumento y te gustaría poder poco a poco ir despegándote del papel, estas clases son para ti.

A través de la comprensión de las progresiones armónicas, el estudio de escalas y transcripciones de solos de músicos reconocidos que nos inspiren, nos iremos adentrando de manera progresiva en el mundo del jazz y la música moderna, con el objetivo de poder elaborar solos con nuestro instrumento que estén en consonancia con los músicos que nos acompañen.